viernes, 17 de junio de 2011

Manipulación informativa y poder: tres pasajes del Cicerón de Plutarco

"Poco más adelante venció César [Octavio Augusto] a Antonio, y siendo cónsul nombró por su colega al hijo de Cicerón, en cuyo consulado hizo el Senado quitar las estatuas de Antonio, anuló todos los honores que se le habían concedido y decretó que en adelante ninguno de la familia de los Antonios pudiera tener el nombre de Marco. Por este medio parece que una superior providencia reservó para la casa de Cicerón el fin del castigo de Antonio".


Marlon Brando, como Marco Antonio, en una escena del Julio César (1953)
de Joseph L. Mankiewicz (sobre el texto de Shakespeare)
Fuente: Clásicas en el Palmeral, blog del Departamento de Clásicas del IES el Palmeral, Vera, Almería,


"Rara vez venía [Cicerón] a la ciudad como no fuese para visitar a [Julio] César, y entonces era el primero que suscribía a los honores que se le decretaban y que decía alguna cosa nueva en elogio de su persona y de sus hechos, como fue la relativa a las estatuas de Pompeyo, que César mandó levantar y colocar, habiendo sido antes derribadas; porque dijo Cicerón que César, con este acto de humanidad, levantaba las estatuas de Pompeyo para afirmar más las suyas".
     
              
En tercer lugar, no está de más recordar los antecedentes del anterior pasaje, que nos ayudan a clarificar el papel del intelectual en la manipulación informativa al servicio del poder: Cicerón, antiguo amigo de Pompeyo, temía a Julio César, y, debido a ello (paradójicamente), optó en un principio por permanecer en Italia al inicio de la guerra civil. Pero poco después, asustado, volvió a cambiar de parecer, e hizo viaje por mar hasta Grecia en busca de Pompeyo. Por último, después de varios meses, cuando era patente la derrota del bando que había escogido en la guerra civil, decidió abandonar a Pompeyo y regresar otra vez a Italia.
En un pasaje conmovedor, Plutarco describe el momento (48 a.e.c.) en el que, tras dejar a Pompeyo, Cicerón, que ha llegado a Brindis, se presenta ante su viejo enemigo César para solicitar clemencia:
                
"Arribó a Brindis, y allí se detuvo esperando a César, que tardó en llegar a Italia por haberle llamado los negocios al Asia y al Egipto. Cuando supo que había desembarcado en Tarento, y que desde allí se dirigía por tierra a Brindis, le salió al encuentro, no sin alguna esperanza, aunque avergonzado de tener que ir a mirar la cara de un enemigo victorioso a presencia de muchos; pero no le fue necesario decir o hacer cosa que no le estuviese bien; porque César, luego que vio que, adelantándose a los demás, iba a recibirle, se apeó, le abrazó y caminó hablando con él solo algunos estadios. Desde entonces siempre le tuvo consideración y lo trató con aprecio".
Astuta Roma, que sí paga a determinados traidores...
     
Todas las citas proceden de la obra de Plutarco, Vidas paralelas (entre el siglo I y el II e.c.), Demóstenes y Cicerón (cortesía de TodoEbook.net)
  

2 comentarios:

  1. hola Jesus, soy hipolito el mono-tematico :) mira, perdona por mi idea fija, pero queria dejarte este video de yo-tuve que habla de españa argentina, los medios de comunicacion, los recortes financieros, etc. me parece que puede interesarte.
    http://www.youtube.com/watch?v=ZU5SFMQSKdY

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  2. Hola, Hipolito.
    Gracias por estar ahí y por el vídeo que me sugieres. Lo he encontrado muy interesante. Me quedo con esta frase de Fernando de la Rúa en 2001, pura neolengua: "Hoy bajar el gasto del Estado es hacer política social". Ese es también el discurso de Zapatero, incapaz de imaginar alternativas eficaces al neoliberalismo.

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