viernes, 23 de octubre de 2009

Oceanía siempre ha estado en guerra con Eurasia

El diario de mayor tirada de España volvió a recordarnos el miércoles nuestro deber como pacificadores armados en alianza con Estados Unidos, a propósito de la próxima repetición de las elecciones en Afganistán (Editorial, "Un país empantanado", El País, 21-X-2009). Copio y comento algunas frases, muy significativas.  Significativas porque, a pesar de lo descabellado de sus afirmaciones, no generan casi rechazo en la mayor parte de la opinión pública española. El  tema del chivo expiatorio vuelve a la Historia Contemporánea a toda máquina: ahora les ha tocado a los campesinos y pastores talibán; como es bien sabido, un enemigo de largos tentáculos. Al menos hasta nuevo aviso.

Porque aún hay más: la nueva pieza de propaganda deja entrever un indicio de contraorden. Prepararos, porque, después de todo, tal vez en breve los talibán como colectivo, no así algunos de ellos en particular, dejen de ser el enemigo. Ocho años de invasión despúes, claro. Neolengua en estado puro: Oceanía ya no está en guerra con Asia Oriental, Oceanía está en guerra con Eurasia. Oceanía siempre ha estado en guerra con Eurasia.

 Portada de Time, Person of the Year 2008


Lo dicho, cito y comento de El País:

1. "Todo se complica en Afganistán, una guerra poliédrica y de enormes implicaciones para Occidente". Vaya, parece ser que es la supervivencia de toda la civilización occidental lo que está en juego en esta guerra; desde luego, algo de gran trascendencia.

2. "La guerra de Afganistán no puede ser ganada en términos absolutos, pero hay que evitar un paso atrás, el cuarteamiento de la OTAN y la caída libre de Pakistán". Los aliados, la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), la Civilización Occidental en suma, no puede ceder terreno. Aunque nuestros dirigentes y sus portavoces reconocen que la guerra no va a acabar con una victoria. Se han dado cuenta de que son incapaces de someter por la fuerza a todo el país. Incluso tienen problemas en la retaguardia, a pesar de que la "misión de paz"  (fuerzas españolas incluidas) presta un impagable servicio  sobre el terreno ya conquistado, protegiendo las vías de transporte y los suministros, a la par que repeliendo las acciones de la resistencia y las ocasionales incursiones guerrilleras.

3. "La situación militar se deteriora para los aliados que combaten la simbiosis de talibán y Al Qaeda". Aquí está la referencia inevitable al enemigo: en Afganistán se combate a los talibán, en tanto éstos nutren a Al Qaeda, esa red secreta fantasmal que puede estar en cualquier lugar, que puede llegar con sus tentáculos a cualquier parte del mundo. El enemigo invisible en el que debemos creer.



Imagen de la película 1984,
adaptación cinematográfica de la novela de George Orwell

Hasta aquí, todo conocido. ¿Qué nos permite prever un cambio? Se reconoce la imposibilidad de ganar la guerra, de sojuzgar a todos los talibán. El paso lógico es renunciar a ese objetivo y sustituirlo por otro. Pakistán, mencionado en el editorial, tiene todos los puntos, por contar con un Gobierno fuerte  que apoya  a Estados Unidos y ser un país donde los talibán están en minoría, se circunscriben a un área fronteriza muy concreta. ¿Cómo justificar el cambio de objetivo? Estableciendo, como ya ha hecho la Casa Blanca de forma oficial, que los talibán y Al Qaeda no son lo mismo, sino dos grupos distintos, que sólo colaboran en algunos casos puntuales. Traduzco a continuación directamente de un artículo de la CBS que se resume el cambio de estrategia que viene operándose desde marzo de 2009 ("Obama Focusing on al Qaeda, not Taliban", reportaje de Chip Reid, CBS News, 8-X-2009):

La Casa Blanca afirma que en Afganistán hay sólo unos 100 miembros de Al Qaeda, mientras que hay miles en Pakistán, incluyendo a Osama bin Laden y sus principales lugartenientes. (...)

La lucha de Estados Unidos en Afganistán es contra los talibán, ahora cada vez más definidos por el equipo de Obama como algo distinto de Al Qaeda. Aunque todavía peligrosos, los talibán son vistos como un movimiento indígena cuyos objetivos son casi por completo locales y territoriales, en lugar de la amenaza  que para Estados Unidos supone la red terrorista.

El equipo de Obama cree que algunos elementos talibán están aliados con Al Qaeda, y comparten sus aspiraciones de alcance internacional y sus objetivos de atacar a Occidente, pero que probablemente se trata de una minoría y lo hacen, sobre todo, por razones tácticas, más que ideológicas.

"No son el mismo tipo de grupo", ha dicho el Secretario de Prensa de la Casa Blanca, Robert Gibbs. "Tal identificación no está respaldada por ningún informe de inteligencia".

Todo apunta por tanto a que vamos a cambiar de enemigo: de unos talibán que son lo mismo que Al Qaeda, como se mantenía al principio de la invasión para justificar el ataque, a algunos talibán que colaboran con Al Qaeda. "La simbiosis de talibán y Al Qaeda" de la que ahora habla El País, reproduciendo las consignas de Washington. Se comprende entonces la referencia a "una guerra poliédrica": hay muchas facciones, y no todas representan una amenaza para Occidente.

La guerra siempre ha sido contra Al Qaeda, y proseguirá contra Al Qaeda, aunque quizás no contra los talibán. "Oceanía siempre ha estado en guerra con Eurasia".

Si cambia el enemigo, Estados Unidos y sus aliados podrán ganar. Y esta vez España cumplirá hasta el final con sus obligaciones. Al menos mientras la opinión pública permanezca debidamente adoctrinada.

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