Ayer,
gracias a mi sobrina,
recuperé un chiste largo tiempo olvidado;
dice así:
En la Segunda Guerra Mundial,
durante la liberación del Sur de Italia por las tropas aliadas,
el desembarco en Sicilia,
un paracaidista, al saltar, se deja enganchada la ropa,
y desciende, desnudo, sobre un convento de monjas.
Una monja, que está en ese momento en el jardín,
al ver bajar del cielo un hombre desnudo,
cree que está viendo un ángel,
y grita, hacia el interior del convento,
"¡Un angelo!".
Desde dentro le pregunta,
para confirmarlo,
una de sus hermanas:
"E vola?"
("¿Y vuela?")
Y la de fuera contesta,
mirando hacia arriba con admiración:
"Due, due bola e gran pepinello".
Obra manga de Michelangelo, "los genitales de un Superguerrero del espacio en plena transformación
(Dragon Ball, se entiende)". Fuente: de la imagen, Rafel Barceló, Hablar es gratis, "Genitales y gimnasios",
y, para el título, el primer comentario, Javilon5 (autor del blog Bajando la media).
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