miércoles, 25 de mayo de 2011

Propaganda simbiótica de Democracia Real Ya

Podría escribir muchas cosas sobre las asambleas de la Plaza del Mercado de Logroño, que me fascinan y están transformando mi modo de ser, me están enseñando a escuchar y a expresarme con más sinceridad. Aunque sólo fuera por eso, por el aprendizaje en el diálogo y la autogestión, ya habría merecido la pena vivir la movilización. También por la satisfacción de sentir la creciente solidaridad que inspira esta movilización, todavía sin dirigentes y al margen de partidos políticos.
Con respecto a esto último (aquí viene el análisis autónomo que reivindico desde este veterano blog), aún están ausentes las siglas, aunque, para garantizar la máxima participación y autonomía, yo iría más allá y no permitiría integrar las comisiones de trabajo a quienes estén ocupando un cargo directivo en un partido, sindicato o colectivo, o hayan formado parte de listas electorales en las anteriores elecciones; sin por eso negarles la participación en las asambleas y en todas las demás posibles acciones, en calidad de ciudadanos.
Podría, repito, escribir muchas cosas sobre lo que está pasando, los errores y los aciertos, la lenta construcción de un espacio abierto, los procesos creativos puestos en marcha por el diálogo. De todas maneras, contar lo siguiente es mucho más urgente: el descontento se extiende y ¡hasta las empresas empiezan a apoyarnos!
Si al final todo queda (¡y sería mucho!) en un movimiento reformista, en los primeros pasos hacia una Democracia auténtica, siempre con el riesgo (¡hay que estar vigilantes!) de que luego en la práctica no llegue a serlo, podríamos plantearnos buscar espónsores.
Debo a un amigo la propuesta de Quechua (en realidad, se limitó a sugerir que la acampada era propaganda viral de esta marca, que fabrica tiendas de campaña), y yo añado la candidatura de la cerveza Ambar, de Zaragoza. Ayer por primera vez en las paradas del autobús urbano de Logroño los carteles de su nueva campaña publicitaria, de los que me quedo con los dos primeros que vi (y por este orden, imaginad mi perplejidad y mi sonrisa de satisfacción):


Creo que, si tuviera que definirlo, podría llamar a esto "propaganda simbiótica". ¡Gracias, compañeros del márketing, y bravo por Ambar!
    

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