viernes, 22 de octubre de 2010

Reflexiones ociosas, pero comprometidas, de una mañana de octubre

En estas mañanas frías de octubre,
cuando asoma el invierno y hemos olvidado ya el reciente y gozoso verano,
cuando experimentamos el placer de abrigarnos (los que podemos abrigarnos),
el placer de regresar a un nido de calor (los que tenemos calefacción y techo),
el placer del agua caliente (los que la conseguimos abriendo un grifo);
en estas mañanas frías de octubre,
no puedo evitar pensar
con un sentimiento genuino de solidaridad (de empatía en términos de Schopenhauer)
que en los países templados debío resultar insoportable la pobreza
antes de que la arrinconara el reciente Estado del Bienestar.
Yo nunca he sido pobre.
He vivido, sí, con lo indispensable,
en amables estrecheces,
algo que algunos podrían llamar pobreza,
pero que yo deseo,
mediante una renuncia colectiva,
para todas las personas.
         
Carles Fontserè, 1936, Barcelona,
para la Federación Anarquista Ibérica (FAI),
entonces en el Gobierno de la Generalitat.
  

3 comentarios:

  1. Como casi siempre, comparto tus pensamientos y tus palabras. Como siempre, comparto tus intenciones e inquietudes.

    A pesar de las renuncias que, como tú, algunos realizamos en nuestra vida movidos por la solidaridad o la culpa, es inevitable sentirse egoísta, solo por el hecho de tener lo mínimo, lo justo, lo que millones de personas no tienen, o porque muchas veces, conscientes o inconscientes, nos arrastra (dejamos que nos arrastre) la sociedad del derroche en que vivimos aquí. Y por mucho que crea que hago o dejo de hacer lo correcto, me siento así todos los días: un poco solidaria y un bastante culpable y egoísta.

    Sobre todo, me gustaría que este sentimiento (pensamiento) fuera colectivo. Porque no lo es.

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  2. Gracias. ¿Puedes creer que yo también me he acordado de ti? Y muchos otros días, cuando paso junto al centro de ancianos donde impartías docencia (hasta mi última noticia) el año pasado. Me encanta que coincidamos (doblemente) en el blog.

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  3. Sigo teniendo el mismo trabajo. Disfruto mucho con ellos. Han sido una terapia para mí. Y me resulta muy satisfactorio que me recuerdes por eso.

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