lunes, 19 de diciembre de 2011

Llorar (Girondo)


Llorar a lágrima viva. Llorar a chorros. Llorar la digestión. Llorar el sueño. Llorar ante las puertas y los puertos. Llorar de amabilidad y de amarillo.



Abrir las canillas, las compuertas del llanto. Empaparnos el alma, la camiseta. Inundar las veredas y los paseos, y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando. Festejar los cumpleaños familiares, llorando. Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo... si es verdad que los cacuies y los cocodrilos no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien. Llorarlo con la nariz, con las rodillas. Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría. Llorar de frac, de flato, de flacura. Llorar improvisando, de memoria. ¡Llorar todo el insomnio y todo el día! 

Oliverio Girondo, "18", Espantapájaros (al alcance de todos), 1932,
incluido en Poesía completa, Scribd
     

4 comentarios:

  1. En Delfos, algunos templos contaban con recipientes de barro hechos para custodiar lágrimas. Eran parecidos a los tubos de kohl (http://es.wikipedia.org/wiki/Kohl), que contenían maquillaje para párpados, para tiznar la mirada. Pero los lagrimeros eran más pequeños.

    Interpretación. Los antiguos griegos creían que las lágrimas, que a simple vista se evaporan, al guardarlas (y enterrarlas) permanecerían. Como elemento de identidad y memoria del ser humano, de sus dolores y alegrías.

    Además, para los griegos, llorar (como reír) era un envío de los dioses. Por tanto sagrado. Había que preservarlo.

    Pues eso... Como decía San Agustín: las lágrimas son sagradas porque son la sangre del alma.

    ResponderEliminar
  2. Enterrar las lágrimas... Vaya fetichismo. Por lo menos, tenían antes que sacarlas de sí.
    Buscaré los lagrimeros cuando visite Delfos este verano.
    ¿Sabes? He escrito esta entrada en un momento en el que me sentía feliz. Es como con el amarillo: puede significar tantas cosas... Algunas positivas, otras negativas. Depende del espectador.
    Recuerdos en estos días de alegría insensata,
    Jesús

    ResponderEliminar
  3. ¡Ah, también duermo muy bien! Sin embargo, qué poderoso el final: "¡Llorar todo el insomnio y todo el día!" A mi entender, redime la frivolidad del exceso.

    ResponderEliminar
  4. Conociendo a los griegos, estoy segura de que no recogían y enterraban sus lágrimas por puro fetichismo. O al menos esa no era su razón principal.

    ¡Qué envidia me darás este verano!

    Pues yo acostumbro a escribir fundamentalmente cuando estoy triste y/o simplemente reflexiva, rara vez cuando me siento feliz. Me inspira y me cunde más la tristeza.

    Tengo algunas temporadas de insomnio. En parte las agradezco, porque las aprovecho. Pero ahora que lo dices, no suelo llorar en época de insomnio. Tengo que investigar eso.

    No me gusta la Navidad. Nada de ella. Y en los dos últimos años especialmente. En todo caso, disfruta. Besos.

    ResponderEliminar