miércoles, 30 de septiembre de 2009

Lapsus linguae (I)

La educación, o más bien el deterioro efectivo del proceso de enseñanza y aprendizaje, está en el centro de los debates de actualidad política e informativa. Hasta el mismo Ministro de Interior nos ha dado un motivo para reflexionar. El pasado 16 de septiembre dijo en el Congreso de los Diputados que los jueces y la policía no persiguían al Partido Popular, sino que había más detenidos entre sus filas porque proporcionalmente hay más corruptos. Y usó la siguiente analogía para ilustrar su afirmación: "(...) Hay más casos de hombres en la cárcel que mujeres. Y es verdad que cabe formular una teoría por la cual la Policía y la Guardia Civil son homófobos, pero también hay otra forma de explicarlo: que los hombres delinquen más". [Fuente: Europa Press.]

Rubalcaba ha incurrido en este error, disculpable, porque recuerda lejanas clases de latín, pero al parecer no consiguió construir su conocimiento de modo sólido. Dejemos que nos ilustre la Real Academia Española sobre el particular: "Homofobia. (Del ingl. homophobia).1. f. Aversión obsesiva hacia las personas homosexuales". La Academia remite al inglés porque, según recoge la Wikipedia, la palabra fue acuñada por un psicólogo estadounidense, en 1971, usando como base un apelativo de uso popular para referirse a los gays, "homo": "Este término combina las palabras griegas fobia (‘miedo’), con homo, apócope de «homosexual» (‘sexo con lo igual’), formado por el prefijo homo (‘igual’) y sexual. No debe confundirse con el prefijo en latín, homo, que significa ‘hombre’" (en la acepción de ser humano). Precisamente este último es el error que ha cometido el Ministro. El mismo artículo de la Wikipedia nos indica una alternativa precedente, de etimología menos equívoca y, por lo tanto, preferible, pero que no llegó a triunfar: homoerotofobia (aversión hacia las personas que se sienten atraídas por su mismo género).

Si Rubalcaba quería referirse a que las fuerzas de seguridad les tienen tirria a las personas de género masculino hubiera debido emplear otra palabra, que también nos brinda la Real Academia Española: "Androfobia. Del gr. ἀνήρ, ἀνδρός, hombre, varón, y fobia). 1. f. Aversión obsesiva hacia los hombres". Pero probablemente nadie le habría entendido...

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