lunes, 20 de septiembre de 2010

Sistema judicial, propaganda, ¿justicia?

[Esta entrada se quedó perdida como borrador, y ahora la recupero por la luz que pueda aportar ante el renovado proceso de paz en Euskadi y como recuerdo siempre presente de la manipulación informativa y la urgencia de una Democracia Auténtica, en la que no haya gobernantes y gobernados, sino un auténtico Pueblo Soberano.]


CuatroTipos. Diseño periodístico y más,

Me encuentro indignado por la ausencia de una separación de poderes efectiva y por el modo en que los medios de comunicación, manipulados, agravan la situación de déficit democrático. Véamos:


La Justicia de Evo Morales (Editorial, "Evo Morales redibuja Bolivia", El País, 04/04/2010):
"La Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia está tramitando una nueva Ley de Juicios de Responsabilidades que permitirá reactivar varios procesos contra algunos ex mandatarios del país (...). Las acusaciones que pesan sobre los ex presidentes Quiroga y Mesa tienen que ver con la firma de contratos petroleros con multinacionales que se llevaron a cabo cuando gobernaban.
(...) El hecho de que la mayor parte de los responsables de las instancias por las que pasarán los procesos, desde el fiscal general a la Corte Suprema, hayan sido nombrados por el Gobierno deslegitima la iniciativa presuntamente justiciera de Evo Morales. Pero con un 64% de votos y un 70% de popularidad, el presidente boliviano tiene la fuerza suficiente para ignorar los fundamentos de la democracia, violar la Constitución y, de paso, desembarazarse de sus enemigos políticos. Más que una legítima iniciativa para combatir la corrupción, Morales ha puesto en marcha una feroz maquinaria de ajuste de cuentas; en la peor tradición de los gobiernos revolucionarios que acaban abrazando el totalitarismo".
La Justicia de Zapatero (Julio M. Lázaro, "Garzón, en el punto de mira", El País, 21/09/2009):

"Van a por el superjuez y además quieren que se note. La Sala Penal del Tribunal Supremo ya ha pronunciado su delenda est Garzón. (...) El magistrado instructor del Supremo, Luciano Varela, es quien tiene en sus manos el futuro de Garzón. (...) Amigo de la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, Varela intentó en varias ocasiones acceder al Supremo, pero debido al veto de vocales afines al PP, no lo consiguió hasta enero de 2007. En la carrera está considerado como un hombre de la vicepresidenta.
Y es por ahí por donde todas las fuentes consultadas sitúan el origen de la operación contra Garzón. No es que el Gobierno en pleno esté contra el magistrado, pero un influyente sector del mismo, que cuenta con antenas en el Poder Judicial y en el Supremo, fue el que urdió la operación para impedir su acceso a la presidencia de la Audiencia Nacional, en la que Varela fue decisivo.
Siempre en el ojo del huracán, el superjuez no tuvo problemas mientras fue evidente que levantaba el pie durante el proceso de negociación con ETA. Pero rotas las negociaciones, exasperó al Supremo al adelantarse con la suspensión de actividades de ANV. Y el que se considera su definitivo error fue la apertura del proceso al franquismo, que al poner en evidencia las carencias de la Ley de Memoria Histórica, le restó muchos apoyos en el Ejecutivo y en la Judicatura, le enfrentó a la Fiscalía y le puso enfrente a toda la derecha española. La instrucción del caso Gürtel alimentó la presión con las sañudas quejas del PP contra Garzón por investigar la trama corrupta en la que aparecieron implicados altos cargos del partido".


Taringa!, Comité de herejías varias,
(invierno de 2009 en la región argentina).
Edición original de Mariposas del Caos

Nótese la injusticia palmaria que se comete en el primer caso -se acusa a Evo Morales de estar construyendo un régimen totalitario, que obra "ignorando los fundamentos de la democracia" y "violando la Constitución"- y la completa ausencia de críticas en el segundo, el único de ambos en el que el diario tiene datos suficientes para constatar que el proceso contra el juez Garzón ha sido abierto por iniciativa del Gobierno para saldar cuentas con alguien cuya  independencia convierte en molesto, poco fiable: un "enemigo político". Los partidos mayoritarios, y el poder ejecutivo en particular, nombran tanto en Bolivia como en España a los miembros del poder judicial. ¿No serían, por lo tanto, al menos a priori, sistemas igual de garantistas? No quedan dudas sobre el uso de un doble rasero, por intereses corporativistas (propagandísticos), en El País. Clamoroso silencio editorial respecto al origen político del juicio contra Garzón (independientemente de que sea inocente o culpable en algunas de las causas, por ejemplo la del cobro de un soborno de manos del Banco de Santander, lo que me entristecería hasta la repugnancia). Escandaloso el editorial dedicado a Evo Morales, cargado de insidias e injurias contra una democracia popular que ensaya con muchísimos obstáculos la reparación de las injusticias.

1 comentario:

  1. ¿Acaso tenías alguna duda y seguías creyendo que el poder judicial (que no existe) se libraba por arte de magia del estado dictatorial en que vivimos?

    Existe un pacto tácito entre la derecha (PSOE) y la extrema derecha (PP) para eliminar cualquier intento judicial de tocar la dictadura, que es un territorio vedado. Nadie puede mirar atrás. Garzón lo hizo y ahí están las consecuencias, que por tratarse de quien se trata son públicamente notorias, escandalosas. Y eso que las consecuencias aún no se han concretado para él (para todos). Está perdido, el Supremo le ha rechazado todos los recursos y le seguirá rechazando cuantos presente.

    Le han hecho una pinza. Por un lado está Adolfo Prego, un juez que compagina el Supremo con las colaboraciones con la Hermandad del Valle de los Caídos o la presentación de los libros de Pío Moa. Por otro, Luciano Varela, el supuestamente progresista magistrado instructor del Supremo, un prevaricador íntimo amigo de Juan Alberto Belloch (enemigo público de Garzón) y de la vicepresidenta de la Vega. Porque además del pacto tácito, aquí también hay mucho de vendetta, celos, conveniencia...

    En cuanto al proceso por la supuesta prevaricación en favor del Banco de Santander (y en su propio favor), es una trampa, una cortina de humo. Se trata de un comodín por si saliese mal el otro proceso. En cualquier caso, estoy convencida de que Garzón es inocente.

    Sin embargo, las decisiones ya están tomadas y las sentencias dictadas. La única esperanza de Garzón es que esto se internacionalice y en su proceso participen jueces y derecho internacionales. Pero el fascismo de este país no lo va a permitir. Garzón terminará en la cárcel o absolutamente denigrado. Al tiempo.

    Y en todo esto, como no, habrán colaborado los medios de comunicación, cumpliendo esa función que se les asigna en todas las dictaduras, la de ser el principal instrumento de propaganda, persuasión, manipulación y engaño.

    ResponderEliminar