miércoles, 19 de mayo de 2010

La protesta de los funcionarios


Como funcionario, dedico una pequeña entrada a explicar mi posición, que, por desgracia, no es la de las grandes centrales sindicales.
Yo estoy a favor de contribuir a aumentar la recaudación del Estado, pero a través de un aumento del IRPF a TODAS las rentas altas. La reducción del dinero mensual que percibo sería la misma. Pero se trataría de  una medida realmente equitativa y que allegaría muchos, muchísimos más recursos: que suban un 7% los impuestos a las rentas más altas. Por lo menos.

 El Roto, impagable como siempre

En Historia tengo que enseñar la Gran Depresión, y las medidas que se tomaron entonces para salir de la crisis, y parece mentira que, sabiendo que funcionó el endeudamiento del Estado para construir obras públicas (carreteras, centrales hidroeléctricas, escuelas, hospitales) y la intervención pública para proteger (y mejorar) los derechos de los trabajadores, reduciendo la jornada laboral y subiendo los salarios, ahora se haga justo lo contrario. Parece mentira porque es mentira: no quieren resolver la crisis económica de la población, lo que quieren es que vuelvan a obtener beneficios, cuanto antes, los de siempre, el gran capital, cada vez más concentrado y más poderoso. Hasta ahora usan para imponer sus medidas la propaganda (la doctrina económica hegemónica e indiscutida, el neoliberalismo, expresada por el FMI o el Consejo de la UE): y si te opones a la receta (que la Historia demostró errónea, luego sólo puede ser interesada), eres un insolidario que no está dispuesto a "hacer su parte", o un obtuso. Hasta ahora, propaganda, digo. Espero que no se les ocurra adoptar la otra forma clásica: la violencia. Por el bien de la convivencia pacífica de los ciudadanos. Estamos en la encrucijada. Pero nos quieren llevar por el camino equivocado.


Por cierto, les confiaría más dinero, pero para que se emplee en el bien común, el Estado del Bienestar. Por eso pongo como condición (y un demócrata sincero no debería oponerse) más controles ciudadanos, una verdadera democracia. Que podamos decidir en realidad cómo se emplea el dinero público y haya transparencia. Ya sabemos lo que hay ahora: corrupción y gobierno contra el pueblo. Luego se extrañan del desapego hacia los políticos.

3 comentarios:

  1. La violencia está al caer. Pero a lo mejor es la chispa de Frankenstein que necesitamos para reaccionar y dejar de ser zombies. Porque está claro que, individualmente, la crisis no nos importa, lo que le ocurre al vecino nos da igual... hasta que nos ocurre a nosotros. Como decía mi abuelo: "Esto no es crisis. Crisis es no tener pan para comer y pegarse por las migas.". Será eso lo que necesitamos.

    Como insinúa constantemente Pérez Reverte, a lo mejor deberíamos dejarnos de tanta palabrería y cobardía e ir a linchar a estos sinvergüenzas, a esta clase social de explotadores, a la Carrera de San Jerónimo y/o a sus lujosas viviendas. O como mínimo, agarrarles de la solapa y no soltarles hasta que cumplan con la voluntad y las verdaderas necesidades del pueblo.

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  2. Pero qué incendiaria eres, Susana. Que llegara la violencia sería lamentable. Tenemos otros recursos: si no vale el juego democrático, se refunda. Más democracia, una democracia radical, y no violencia. Demasiada violencia es ya el propio capitalismo.
    Pero entiendo perfectamente cómo te sientes. Esto se va a pique y nadie hace nada. Nos hace falta la chispa de la que hablas. ¿De ilusión?

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  3. No puedes refundar algo que no controlas. El control pertenece a la clase política, que es una secta prácticamente impenetrable. Por otra parte, como he dicho, la inmensa mayoría no está interesada en participar de esos cambios, de esa refundación, se conforma con las migas. De manera que... Sí, la violencia sería lamentable, pero es muy posible (tristemente) que sea el único recurso realmente efectivo. Lo reconozco, me avergüenza llegar a esa conclusión. Me hace sentir embrutecida. Hasta ese punto son miserables.

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