domingo, 12 de enero de 2014

Casi la mitad de los jóvenes españoles apoya una revolución

"De forma clara, los y las jóvenes de 18 a 25 años se dividen en dos líneas de tendencia que apuntan a la necesidad de establecer (y apoyar en consecuencia) cambios profundos en el sistema económico, político, social e institucional, o a la continuidad del funcionamiento de dicho sistema, sea o no con ciertas reformas.
La primera de las posiciones, es decir, la que apuesta por una crisis del sistema, por un cambio profundo y radical, es mayoritaria y cercana al 50% de los y las jóvenes. Sin embargo, en el otro polo, se encuentra también un 28% que apuesta por la continuidad con reformas y un 9% que apoya, sin duda alguna, el mantenimiento del sistema y su funcionamiento tal cual está establecido. No llega al 9% el grupo más pesimista, o inhibido, que considera que los y las ciudadanos no pueden hacer nada para resolver la situación actual".

Elena Rodríguez San Julián y Juan Carlos Ballesteros Guerra,
Crisis y contrato social. Los jóvenes en la sociedad del futuro,
Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud y
Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), Madrid, 2013





Este debería haber sido el titular para dar a conocer la publicación del informe. Sin embargo, a pesar de que está en la nota de prensa del propio Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud (de hecho, se le reserva el lugar de la conclusión), a través de la Cadena Ser me llegaron otros dos (y no voy a esforzarme en comprobar si han tenido, como supongo, un criterio parecido los demás medios de comunicación de empresa, los periódicos en particular):
Uno, el que encabeza la propia nota de prensa, "Casi la mitad de los jóvenes españoles dispuestos a aceptar cualquier empleo, en cualquier lugar y con salario bajo".
Y otro, el que se recoge hacia el final: "En cuanto a la responsabilidad de la situación actual, los jóvenes señalan claramente a los partidos políticos (así lo dice el 71% del colectivo)".
Este dato, por sí sólo, puede desorientar sobre el modo en el que piensan y sienten realmente los jóvenes, si no se toma en consideración junto con el primero. Al buscar responsables, los jóvenes españoles no culpan sólo al "Gobierno y los partidos políticos", como no culpan sólo a "los responsables económicos, empresarios y banqueros" (coinciden en hacerlo el 51%), las opciones que escogen entre el repertorio cerrado que les ofrece el encuestador. Los jóvenes son más perspicaces, y culpan a todo el sistema: una democracia que no funciona, porque el poder no obedece la voluntad del pueblo (de hecho, suele gobernar en contra), y el propio capitalismo, que los convierte no sólo en desempleados, sino en inempleables, mano de obra inútil (este concepto de "inempleables" lo tomo del reciente análisis sobre las protestas de 2011 realizado por Slavoj Zizek, El año que soñamos peligrosamente, Akal, Madrid, 2012; es una de las pocas cosas esclarecedoras que he podido sacar en limpio de su ensayo, que por lo demás no presta demasiada atención a los acontecimientos en sí).
Los jóvenes saben que, como me comentaba un alumno de 12 años el curso pasado: "Esto va a romper por alguna parte". Y que, para ver cumplida su aspiración de que la vida llegue a ser algo seguro y satisfactorio, hay que emprender una revolución.
           

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